Una palabra de aliento
Un intento de discurso motivacional en medio de la locura y el sinsentido
Hace poco me estaba cortando el cabello en la barbería de toda la vida. Ya tengo unos 4 años en una relación estable con mi barbero, Wilson Pesher. Mi cabello es complicado, se ondula mucho y yo encajo perfectamente en el estereotipo del hombre que usa un solo producto para todo. Mi cabello no disfruta de la mejor salud, pero Pesher le encontró la vuelta de inmediato y desde entonces, no he tenido intenciones de irme con nadie más y hemos cultivado una amistad.
Siempre hablamos de cualquier vaina cuando me voy a cortar el cabello: rap, música, juegos e inevitablemente, nuestra situación personal, con el trabajo, los negocios y todas esas cosas que nos quitan el sueño.
La situación de Venezuela es imposible de definir. Las variables son demasiadas, pero si alguien me apuntara a la cabeza y me forzara a decir una palabra, diría que es: difícil. Pero no difícil como quien juega Cyberpunk por primera vez, sino como quien Dark Souls por primera vez. Tienes que tener alta tolerancia al fracaso y el riesgo.
El sonido de la máquina de afeitar y la sensación de la hojilla en mis patillas me pone reflexivo. Cuando no me quedo dormido, me quedo pensando: Cuál es mi papel en todo esto? Qué puedo hacer al respecto? Es obvio que no puedo escribir o grabar algo que mágicamente cambie la situación del país, pero puedo escribir algo que al menos suba los ánimos y el ímpetu de mi barbero, de las personas que trabajan con nosotros en la oficina, de mis QQ.·. HH.·., de mis padres y hermanos, del amor de mi vida.
Qué podría escribir que pueda, sinceramente, darles esperanza y energía?
La palabra sincero es muy importante, y es la que complica mi cometido. Para poder dar una palabra de aliento sincera, tengo que encontrar un balance entre la imaginación que permite que la esperanza exista y la realidad que es mayormente desgarradora. Si me pongo demasiado soñador y optimista sin fundamento, el mensaje se descarta por iluso y necio, y si soy demasiado realista, ya no sería una palabra de aliento, sino un recordatorio innecesario de lo difícil de la realidad.
Con esta introducción en mente, aquí va mi intento:
Nietzsche era un tipo muy sabio y sus ideas bastante atrevidas, por no decir que su objetivo de vida era entrarse a coñazo con todo lo que se consideraba sagrado en su época, es decir, la fe cristiana. Dos de sus ideas más importantes pueden resumirse así:
"Dios está muerto": para nuestro estimado Federico (Friedrich) el avance de la industrialización y las ciencias, hacían más difícil la posibilidad de que el hombre moderno (y estamos hablando de 1870 - 1900) creyera ciegamente en los preceptos de la fe cristiana. Dejando un enorme elefante en la habitación: en que cree el hombre si no cree en el Dios cristiano? Cuál es su propósito después de la fe? Su respuesta es la segunda de sus ideas más importantes.
"El Superhombre": como ya el propósito del hombre no puede ser dado por la religión, debe él encontrar su propio propósito y sistema de valores, superando los límites de su consciencia y sus propias trabas mentales, convirtiéndose en un "Übermensch". Un hombre que a trascendido espiritualmente y tiene la fuerza, para vivir la vida a su manera.
Federico se dio cuenta de ese pequeño y significativo detalle al final del siglo XIX. Antes de las computadoras, el internet y nuestra capacidad para controlar cualquier elemento a nuestro antojo. En reemplazo de la religión, han aparecido otros dioses, menos fuertes y capaces: las redes sociales, los supermillonarios, las celebridades, los políticos y el Estado.
Todos ellos prometen un propósito fantástico e increíble, perfecto como lo hacía antes la fe cristiana. Pero al final, como cualquier cosa que viene desde afuera de uno, insuficiente.
Y no me malinterpretes, creo en Dios, pero no creo en él como una entidad que vendrá a resolver todos mis problemas si hago algo específico y eso es algo muy importante. No puedo simplemente entregarle mis ambiciones y preocupaciones, tengo que hacer algo. Fue esa necesidad de hacer algo, que hizo darme cuenta que lo mejor y más honesto que puedo decirle a una persona que necesita aliento: es que encuentre su propio propósito y si ya lo ha encontrado, que crea en él con todas sus fuerzas.
La tendencia que tenemos a desanimarnos y quedarnos sin energía, aparte del abuso o la falta de cuidado a nuestro cuerpo, tiene que ver con nuestra falta de propósito, de una razón para existir.
La idea de un propósito encaja perfectamente con el equilibrio que necesito entre imaginación y realidad. Hay que verse uno mismo como es ahora y como ha sido en el pasado, pero también definir como uno quiere ser en el futuro. Y no es nada mágico-pendejo, el futuro es solo posibilidad/oportunidad y no es realismo-pesimista, hasta la _peor_ persona del mundo tiene algo bueno dentro de ella, algo de lo que se sienta orgulloso, feliz o capaz.
Es buscando eso que uno consigue darle la vuelta a la tortilla. Es difícil ver dentro de uno mismo, pero acaso no es difícil también ya vivir en este país a la deriva? Esperando que otros hagan algo? O que suceda un milagro?
No se trata de que sea fácil o sea difícil, sino de lo que uno hace. Qué estás haciendo y que más puedes hacer? Esa es la diferencia entre el que vive y al que le pasa la vida.
Si pudieses ver lo grandiosa que podría ser tu vida, no intentarías conseguirlo? Por eso es que vale la pena pensar en ello, si no lo defines, como crees que vas a conseguirlo? De nada sirve pensar en lo que no puedes controlar, en lo que no te pertenece, en lo que no eres o no tienes.
Eso no quiere decir que todos los días serán color de rosa, pero imagina lo diferente que puede ser una situación si decides enfrentarla con entusiasmo y optimismo, en vez de resignación y apatía. Dentro de cada uno de nosotros yace la chispa de la creación, de un milagro improbable que es nuestro existencia, y lo único que hace falta para encender el fuego del cambio y el crecimiento, es nuestra voluntad, tu voluntad.
Sé que mis palabras de aliento siempre terminan sonando con regaños, es porque me desespera pensar en la inmensa pérdida que representa que alguien se rinda, que alguien deje de buscarse y definirse, que alguien deje de hacer algo que pueda mejorar su situación. Porque en esa mejora, esta la mejora de todos.
Soy un soñador empedernido, sueño con crear cosas que inspiren a la gente a crear y ser libres, a entregarse a sus sueños con miedo y valor, en una interminable lucha de crecimiento y grandeza. Sueño con edificios y espacios que lleven a la gente a un viaje de autodescubrimiento, que los llene de energía para crear sus propias cosas, su propia realidad, que les recuerde que somos la representación de Dios y que no hay límites reales a nuestra capacidad creadora.
“…había momentos en los que un hombre solitario o una mujer solitaria —en el banco de un parque, en una esquina de la calle, delante de una ventana abierta— veía en un periódico una breve mención del progreso de la Línea John Galt y miraba a la ciudad con una repentina punzada de esperanza. Eran los más jóvenes, que sentían que ése era el tipo de acontecimientos que anhelaban ver pasar en el mundo..., o los más viejos, que habían visto un mundo en el que esos acontecimientos pasaban. No les importaban las líneas ferroviarias, no sabían nada de negocios, sabían sólo que alguien estaba luchando contra tremendas adversidades, y ganando. No admiraban el objetivo de los luchadores, creían las voces de la opinión pública y, sin embargo, cuando leían que la línea estaba creciendo, sentían una chispa momentánea y se preguntaban por qué eso hacía que sus propios problemas parecieran más fáciles." La Rebelión de Atlas - Ayn Rand
A veces somos tan cínicos con el mundo, que nos olvidamos que en esa práctica también estamos siendo cínicos con nosotros mismos. Y dejamos de creer que algo diferente es realmente posible, dejamos de creer en nosotros mismos. Después de todo: "El mundo que te rodea ha sido creado por personas que no son más inteligentes que tú".
No estás solo en tu lucha. Muchos más estamos haciendo lo mismo: buscando dentro de nosotros mismos, definiéndonos y luchando por crear las cosas que hacen falta en el mundo. Quizás no hacemos tanto ruido aún como los influencers y los políticos, pero aquí estamos haciendo el trabajo, todos los días, sin descanso, hasta que encontremos la manera, hasta que crezcamos lo suficiente y nuestras pequeñas remodelaciones se hagan monumentos y edificios, hasta que nuestras palabras de newsletter se hagan libros y publicaciones, hasta que nuestros podcasts anónimos se vuelvan superéxitos, hasta que nuestros cortes de cabello y atención al detalle llenen de confianza a los hombres para seguir luchando, hasta que nuestros diseños influencien a las generaciones a no conformarse con la dificultad impuesta, sino con los retos orgullosamente adquiridos.
Para hacer de este mundo mejor y de nuestras vidas lo que nosotros queremos, y no lo que nos dejan tener.
PD:
Estoy seguro que aunque no seas venezolano o estés en Venezuela, esto puede aplicarse perfectamente a tu situación si lo necesitas. Todos tenemos que afrontar dificultades y no siempre tenemos la energía o el enfoque que quisiéramos para afrontarlas.