

Discover more from Optimismo
Anuncios Importantes
Este miércoles cumplo 28. Si me quieres hacer un regalo, puedes:
Suscribirte a la versión paga de esta newsletter. Luego de mucho pensar y coordinar, he decidido abrir una versión paga de Optimismo. Tendrás 2 artículos adicionales al mes con información más práctica y accionable (básicamente, información que no compartiría sin cobrar). Pero el beneficio principal es apoyar mi trabajo como escritor. Hay varios tiers, puedes echarle el ojo aquí ;)
Recomendar mi trabajo como freelance. Cómo sabes, soy diseñador/desarrollador web, puedo hacer cualquier cosa que tenga que ver con páginas web. Mi portafolio: https://design.salomonacuna.com
Gracias por leerme y estar aquí. Lo aprecio muchísimo.
Ahora sí, de vuelta a la programación regular.
No me suscribo a la idea de que la ira es "mala" o "negativa" todo el tiempo. Creo que nuestro entendimiento de las emociones ha mejorado bastante en los últimos años, ahora sabemos que las emociones no tienen connotaciones morales. Es lo que hacemos cuando las sentimos lo que puede ser juzgado.
En mi experiencia, la ira ha sido bastante negativa. Segando mi criterio y haciendo que actúe sin pensar. También me ha dado energía y firmeza para tomar decisiones difíciles y cortar la cabeza de personas que, realmente, merecían un castigo.
Así que, cómo decía mi profesor de derecho constitucional: "Todo depende".
Algo curioso que empecé a notar sobre la ira en el último año, es que, casi siempre viene desde la idea que algo "debe ser, de cierta forma". En personas con un alto sentido de justicia, como yo, ese "debe ser" es muy importante.
Tampoco suscribo la idea que hay que "dejar ser", "aceptar todo" y toda esa paja hippie. Lo que ha llamado mi atención, es que a veces somos muy rápidos en juzgar a los demás. Pareciera ser más fácil sentir ira cuando algo no es como queremos o se espera, que sentir compasión por la/s personas involucradas.
Te pondré un ejemplo:
Imagina que estás enamorado/a de alguien. Le das todo a esta persona, estás ahí todo el tiempo, ya sabes, te entregas sin medidas.
La otra persona, parece no estar haciendo lo mismo. Hay condiciones, excusas, falta de x, y o z. Eso te cae mal, por supuesto: te frustras, te molestas, te pones triste, todo el cóctel de emociones que viene con una crisis de pareja.
Una posibilidad, es que esa persona si te está dando todo, pero no es lo que tu esperas, en tal caso simplemente eres un malagradecido. Otra posibilidad es que esa persona NO PUEDE dártelo.
No es que no quiera, no es que no le nazca, no es que haya falta de intención o voluntad. Es que, literalmente, no puede. Las razones de esa falta de capacidad pueden ser muchas y siempre son personales, pero todas nacen del mismo sitio: somos seres humanos, no somos perfectos.
Esa verdad se olvida con facilidad cuando estamos iracundos.
Siempre que considero que la otra persona no puede, la ira se transforma en compasión. En mi caso, la compasión se expresa a través de unas ganas, casi incontrolables, de ayudar o de alejarme.
Esto quedó claro luego de escribir Códigos de Amor.
Mis ideas eran:
Expresar todos los dolores que sentía
Dar un sermón a mis tíos por abandonar a mis abuelos
Hacia el final del largo relato, me di cuenta:
Quizás mis tíos eran irresponsables con mis abuelos, no porque fuesen malas personas, sino porque realmente, eran incapaces de amar. En ese momento, dejé de sentir ira y empecé a sentir compasión/lástima por ellos.
Imagina vivir tu vida sin poder sentir la más increíble y poderosa verdad. Sin poder entregarte a nada, ni a nadie. Vivir encerrado en la constante bulla de tu cerebro que solo puede ser aplacada momentáneamente con mentiras, justificaciones, excusas, superficialidades, recuerdos o dogma.
Definitivamente, no es mejor que el esfuerzo y los sacrificios que hice.
También solía molestarme mucho con las personas ineficientes, lentas o que están inertes en la vida, sin fuego o pasión. Pero ahora pienso: y si estas personas no pueden cambiar su situación? Quizás no han encontrado su chispa, su actividad o la forma de dar con ello.
De verdad son incapaces de sentirse satisfechos y orgullosos de su trabajo, por eso lo hacen con desdén. No puedo evitar ser compasivo con ellos. Así me sucede con incontables tipos de persona y situaciones.
Esta es una de las tantas cosas en las Jesucristo tenía razón. Solía molestarme con el relato de "poner la otra mejilla".
CÓMO COÑO VAS A PONER LA OTRA MEJILLA, VAS A DEJAR QUE TE JODAN?
Pero imagina que amas a la persona que te está "jodiendo" y sabes porque lo está haciendo. En ese momento no sientes ira, sientes compasión. Como tú si puedes amar; toleras, soportas y buscas las maneras de enseñar y ayudar. Es lo que los buenos padres hacen con sus hijos TODO el tiempo y con toda clase de situaciones (más razones para dar gracias por los padres que tengo).
Por supuesto, Jesucristo era el hijo de Dios, capaz de sentir amor por absolutamente todas las personas. Quizás nosotros no somos tan virtuosos o santos, pero hay una lección ahí de todas maneras.
A veces, es la calma y suavidad de la compasión la que cambia el mundo, no el fuego y enfrentamiento de la ira.
En mi larga, y seguido trágica, relación con la ira, he aprendido a verla como el fuego. El fuego puede dar luz y vida, también puede destruirlo todo, depende de nuestra capacidad de controlarlo y dirigirlo. Pareciera que la compasión, es solo la otra cara de la misma moneda.
Cuando estamos molestos, tendemos a destruirlo todo y a veces, es necesario. A veces cortar la cabeza puede ser un acto de compasión y amor. Otras veces, vale el esfuerzo considerar otras posibilidades.
Como siempre, es mejor ser lo suficientemente flexibles para movernos de un lado a otro. Quizás no sea buena idea sentir compasión por el violador de niños, tampoco es buena idea destruir al que está perdido en la vida.
Esta es una de las razones por las que pensar (de verdad) es tan importante. No siempre vamos a poder tomar una buena o la mejor decisión, pero al menos, no será una decisión tomada en modo automático. Eso solito, reduce las posibilidades de error considerablemente.
Sentir compasión, como todo lo que hablamos en esta newsletter aparentemente, es difícil. Como toda virtud, no se trata de los demás, sino de nosotros. La única manera de tener compasión por los demás, es enfrentándonos a nuestras propias fallas, incapacidades y a nuestros propios porques.
Es entonces cuando podremos empezar, poco a poco, a sentir amor, satisfacción y todo lo bueno que tiene para ofrecer la vida.
Un buen mantra para hacer que esta idea sea accionable es:
“Sé curioso, no juicioso”
Walt Whitman
Los links
If You Have Writer's Block, Maybe You Should Stop Lying - Sasha Chapin
Quizás no tienes ideas o no puedes escribir, porque estás tratando de ser otra persona o decir cosas que realmente no crees. La honestidad es muy importante cuando hacemos arte. Si honestidad, no hay valentía y falta la energía.
The Great Online Game - Packy McCormick
Que tal si, en vez de ver el trabajo que haces en internet como un aburrido set de tareas, lo ves como un juego? Como un videojuego! Después de todo, solo estás tocando botones que hacen cosas en tu pantalla ;)
How hard did Steve Jobs work? Did this change over time? - Quora
No me canso de este cuento de Steve. Que personaje tan fascinante. No sabemos si el cuento es verdad, después de todo es anónimo, pero encaja perfectamente con otros relatos de Steve. Una persona completamente entregada a sus ideas.
¿Por qué Jesús es una inspiración? - Sadhguru
Ya que mencionamos a Jesucristo en la edición de hoy, me pareció adecuado compartir las ideas que tiene Sadhguru sobre él.